sábado, 7 de junio de 2008

Entrevista a Matt y crónica del Royal Albert Hall (Q Mag, Junio 2008)

Matt habló para Q de sus "mágicos" y extraños recuerdos de festivales pasados, de sus ideas para el V Festival de este verano, y de cómo se plantean Muse el nuevo disco y consiguiente directo. También algún comentario sobre su vida en Como y su ya conocida afición al poker. La revista además incluye una elaborada crónica del concierto del pasado 12 de abril en el Royal Albert Hall.

MUSE
Si lo que estás buscando para este verano son piezas sinfónicas y robótica, Matt Bellamy será tu hombre.

Se supone que a Muse os han hecho un hueco en varios festivales británicos, por qué el V Festival?

Hemos tenido mala suerte con el V Festival. La última vez que lo hicimos (en 2004), Chris no tocó porque se había roto la muñeca, y ha habido otras cosillas raras además (...) Es un festival agradable, el ambiente es muy familiar, y es más una escapada de verano que el aspecto embarrado y oscuro que encuentras en Reading o Glastonbury.

Perdiste la virginidad en el festival de Reading, no?

Eeeh, sí. Mis recuerdos de adolescente en festivales están borrosos. Hubo mucho alcohol y mucha... experimentación en tiendas de campaña. Cuando tienes una tienda de campaña en un festival, puede que sea la primera vez que tienes tu propio espacio, y recuerdo que pasaron muchas cosas raras. Todos estábamos lejos de casa por primera vez y parece que puedes inventarte tus propias reglas.

Un poco como en Lord Of The Flies?

Sí, pero en el buen sentido. Lo ideal es que la gente no se ponga en plan salvaje y empiecen a matarse unos a otros. Que se tomen un buen puñado de setas mágicas y que se lo pasen bien.

Echas de menos esa libertad ahora que estás en una banda?

Bueno, estar en una banda te permite tener un cierto desarrollo ralentizado, así que una parte de toda esa diversión sigue ahí. Incluso los veteranos como The Rolling Stones probablemente te dirían que hay una parte de ellos que todavía se siente como si tuviera 15 ó 16 años. Es cuando eres más inocente, más optimista y más creativo, así que está bien mantener éso.

Cuál ha sido la última locura que has hecho?

Alquilamos un castillo hinchable en Las Vegas para una fiesta, y decidimos disfrazarnos de alienígenas. A todos se nos fue la olla definitivamente. Fue la última vez que tomé setas, de hecho. Dom llevaba puesta una máscara de perro y se echó a correr hacia el desierto, corrí tras él, y por un minuto me encontré en un cuadro de Salvador Dalí. Si ves el cuadro Los Elefantes, yo era la personita de abajo, entre las patas de los elefantes. En realidad no estoy a favor de las drogas, pero reservarte un día para tomarte unos alucinógenos definitivamente te abre nuevas puertas.

Llevarás el disfraz de alien al V Festival?

Probablemente no. Pero tenemos por ahí tiradas unas cuantas cosillas de Wembley que tenemos que desempolvar. Y nuevas ideas con robots, aunque probablemente las reservaremos para el futuro. Al menos haremos una cosa espectacular, puede que algo que vuele por encima del público. Pero siempre que decimos estas cosas llega Sanidad y Seguridad y nos las tira abajo. Con suerte tocaremos un par de canciones nuevas, también...

... y cinco minutos más tarde estarán en Internet para descargarlas.

Sí, para que la gente las juzgue. No me importa. Es probable que las canciones cambien radicalmente cuando las grabemos.

Cómo están tomando forma las nuevas canciones de Muse, pues?

Ahora mismo estamos trabajando en una pieza sinfónica de 10 minutos, y me encanta la producción de Timbaland por ahora, así que encontraremos algo más basado en el ritmo, también, no necesariamente como Supermassive Black Hole, pero sí otra canción que sorprenda por el cambio de estilo.

Alguna canción sencilla?

Sí, no será todo tan elaborado. Es sólo que siempre se nos olvida hablar de las canciones más sencillas, como Starlight. Siempre habrá canciones que son simplemente buenas.

Todos esos premios al mejor directo que Muse seguís ganando, os presionan para hacer el directo más espectacular todavía?

Bueno, aparte de Wembley, los conciertos más sobresalientes del año pasado, para nosotros, fueron uno que tocamos en Christchurch, Nueva Zelanda, y otro en Belgrado, porque no teníamos producción para ninguno de los dos. Nos sorprendió lo intensos que fueron, con el público mirándonos a nosotros más que al espectáculo. Así que en el futuro intentaremos cambiar cosas, mezclar shows sencillos en locales más pequeños con los conciertos masivos.

Vives a orillas del Lago de Como en Italia. Allí eres "Matt de Muse" o "ese tipo inglés que no habla muy bien italiano"?

Jaja, el segundo. Mi italiano es aceptable, ahora ya puedo manejarme solo por el pueblo. Pero nadie sabe quiénes son Muse. Nic (Cester, líder) de Jet vive allí también, y quedo con él, pero los dos somos bastante anónimos.

Harás fiestas en tu yate para los famosos locales?

No, los famosos de Como están a un nivel totalmente diferente al mío. Yo soy pobre allí. Me pone en mi sitio. Me echarían a los perros si intentara ir a esas fiestas. George Clooney (que vive en Como) se ocupa de todo eso.

Te has fijado algún objetivo personal para este verano que viene?

Me encantaría ganar un torneo de poker. Llevo años jugando al poker y me gusta muchísimo. Es un juego muy de inteligencia. Ahora sé defenderme de los profesionales. Pero los torneos de Las Vegas están demasiado solicitados. Por lo visto, la entrada es de 20.000$, y el ganador se lleva la mayor parte. Pero para mí no es por el dinero, así que a lo mejor gano un torneo en Lituania.



MUSE
Royal Albert Hall, Londres
Sábado, 12 Abril 2008
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Eufórico concierto benéfico.
Enorme órgano incluído.

Los conciertos para recaudar dinero de Teenage Cancer Trust en el Royal Albert Hall de Londres, que ahora están en su octavo año, siempre llegan con al menos una auténtica sorpresa, como cuando el año pasado Paul Weller se unió a Noel Gallagher e improvisaron la cara B de Jam, The Butterfly Collector. El momento estelar de este año llegó durante una revista cómica presentada por Noel Fielding, de The Mighty Boosh, cuando Razorlight aparecieron para un concierto acústico no anunciado. Se escaparon de la grabación de su nuevo álbum al norte de Londres porque, como explicó Johnny Borrell, "Noel es un buen amigo mío".

Este enfoque tan informal, sin ceremonias de ningún tipo, es el espíritu de estos eventos, donde los artistas implicados son libres para probar algo un poco más diferente, porque la causa es lo que importa (la estadística que da que pensar es que cada día se diagnostican seis adolescentes con cáncer en el Reino Unido). Para Muse, esta noche significa simplemente exprimir su esplendor en un local que alberga "sólo" a 5.500 personas. Como bien ha demostrado el trío a lo largo de los últimos diez años, la "sencillez" no es su estilo.

Los anteriores conciertos de Muse en la capital, en el estadio de Wembley el 16 y el 17 de junio de 2007, brindaron la clase de espectáculo que Queen y Pink Floyd hacían en los años 70 y 80, aunque Freddie Mercury nunca tuvo bailarinas de ballet en trapecios colgando de gigantescos globos. A Muse, aquellos conciertos de Wembley les proporcionó una reputación que de hecho ya se ha convertido en su "marca de la casa": la mejor actuación en directo de Gran Bretaña. Y como tal, son la atracción estrella del Teenage Cancer Trust 2008, arrebatando el protagonismo a Madness, The Fratellis, Weller y Duffy, que tocaron anteriormente durante esa semana, e incluso al fundador de estos conciertos benéficos, Roger Daltrey, que lidera a The Who en la noche de cierre.

Como maestro de ceremonias de la semana, es Daltrey quien presenta a Muse esta noche, flanqueado por dos jóvenes que se han beneficiado del programa de cuidados del Trust, y cuya enfermedad está ya remitiendo. La entrada de Muse es sorprendentemente informal: caminan hacia el escenario de luces brillantes, y saludan con la mano al público, como si reconocieran a viejos colegas en un pub. Pero una vez que las luces se desvanecen hasta casi la oscuridad total, y la portentosa intro de Take A Bow provoca aplausos y gritos ensordecedores, Muse cambian instantaneamente a modo rock de estadio.

Con su primer acorde, Matt Bellamy arquea su espalda en una pose de clásico héroe de guitarra, y luego, por diversión, tontea con unos breves fragmentos de Whole Lotta Love de Led Zeppelin y Purple Haze de Jimi Hendrix. Muse nunca han ocultado su gusto por el rock de la vieja escuela: se hace visible inmediatamente en el climax al estilo Queen de Take A Bow. Pero como Foo Fighters, entregan un show de tamaño estadio con un estilo característico muy de factura propia.

Para Muse, éso significa hacer referencia alegremente a cualquier artista que ha llegado a ser "grande", desde las amplias vistas de los U2 de los 80 que nos recuerda Butterflies and Hurricanes, al eufórico dance-pop de New Order en los primeros 90, o incluso ecos de Iron Maiden visibles en la guitarra de Bellamy en Stockholm Syndrome.

Pero a diferencia de, digamos, Radiohead, a los que recuerdan notablemente en Invincible y Time Is Running Out, la pompa y el talento para grandes espectáculos no hacen que Muse se sientan incómodos. Más bien se deleitan con ello, e incluso durante este supuesto sencillo show, abren su tradicional caja de sorpresas: en Bliss se liberan una docena de enormes globos desde los palcos de arriba, y la multitud empieza a darles patadas hasta que estallan en una lluvia de confetti. Bellamy hace estallar el último con el extremo de su guitarra, en perfecta sincronización con el final de la canción.

Cuando llegan los bises, a Bellamy no se le ve por ninguna parte, hasta que un foco le apunta y se le distingue en una repisa por encima del escenario, donde está sentado ante el enorme órgano de tubos del auditorio, el segundo más grande de Gran Bretaña, cuya impresionante escala hace que el cantante parezca diminuto. Como si estuviera tocando una escena de El Fantasma de la Ópera, Bellamy mira por encima de su hombro con una sonrisa maligna, y dirige la banda hacia una grandiosa interpretación de Megalomania, la pomposa canción que cierra Origin of Symmetry (2001), y que rara vez han tocado en directo.

Knights of Cydonia, la más heroica, ambiciosa y ridícula canción de la armería de Muse, cierra naturalmente el show. Su fuerte y vivaz riff principal -imagina a Metallica tocando The Shadows- es tan insistente que provoca un canto a coro masivo.

Termina con gigantescas columnas de humo surgiendo del escenario. Muse se van, no al concurrido bar del backstage, sino a una sala de hospitalidad para una sesión especial de meet & greet con un grupo de jóvenes enfermos de cáncer. "Había 30 ó 40, todos muy emocionados", dice Bellamy al teléfono al día siguiente. "Estaban sentados cerca del escenario durante el concierto, y lo disfrutaron mucho". Bastante. La noche, por lo visto, fue especialmente conmovedora para él. "Apoyamos una causa muy loable y que nos llega al corazón. En el colegio conocimos a un chaval que murió joven, y nunca le hemos olvidado. Además, teníamos que tocar en el Albert Hall y yo tenía que tocar ese órgano!"

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